Friday, July 14, 2006

Delicuescente deseo



Delicuescente deseo

Un movimiento desde el corazón hasta más allá del horizonte,
como un rayo verde que atrapa el último vagón del deseo,
de la mano de un tiempo que se adivina infinito,
pero que acaba justo donde los relojes se paran
cansados de esperar el beso que no llega.

Y pierdo el deseo de lo que busco buscando lo que deseo...

Un hombre con un regalo en la mirada
y un miedo en el corazón;
y el deseo que vence al miedo
y se esboza la sonrisa de pestañas pintadas de noche.
El tiempo abraza estrechamente esa distancia que,
separando,
une dos desencuentros en el amanecer de la juventud que agoniza,
ahogada en su propio desencanto.

Y cierro los ojos para no ver y para sentir a la vez...
Aíslo tantas cosas que he olvidado la dirección
donde habita lo que queda de mí.
Quizás alguien -tú- llame un día a esta puerta antigua y,
como castigo por la tardanza,
la aldaba se quede rota entre tus manos.

Mientras se acerca ese instante cruel,
espero con la copa del más puro deseo al borde de la mesa
derramando su amargor por encima de la nada
si no son labios fieles los que vienen a libar.
Deseo y espera visten la noche de frías estrellas
que conservan entera la sombra de mi corazón.
Todavía.

LaAlquimista.

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