Friday, July 14, 2006

Al fin, en calma



Un capricho para el cuerpo
un reposo para el alma;
placer que entierra el tiempo muerto
del reencuentro con la calma.

Noches suaves de media luna,
brisa emborrachada de salitre,
un árbol hay que me acuna
y posa su sombra en mi almohada.
El frescor de sus hojas
acompaña mi sueño.

La cama es grande,
tanto como el deseo
que dibujan sus sábanas blancas
hoy ausentes de dolores.
Sueños de dulce princesa
que envejece a la espera
del mortífero beso
que
al llegar,
camuflado en la mañana,
ponga punto final al cuento
de toda una via.

LaAlquimista.

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